Jan 04, 2022
Aprende métodos de entrenamiento para mantener a tu caballo motivado durante el invierno y aumentar su rendimiento a la vez que reduces el riesgo de lesiones.
Entrenar con tu caballo durante el invierno puede ser duro: la pista cubierta está llena con otros jinetes, las instalaciones exteriores están mojadas o congeladas y está oscuro y hace frío. Además, durante el invierno los caballos tienen más posibilidades de lesionarse.
Estos consejos te ayudan a pasar la temporada de invierno de forma sana y segura. Aprende desde que calentamiento es el adecuado hasta la alimentación que necesita tu caballo durante los meses de frío.
Así se evitan las lesiones del caballo. Durante el invierno, las lesiones de tendones y ligamentos son las más comunes, y esto suele deberse a calentamientos demasiado cortos o al movimiento incontrolado del caballo.
Además, el terreno puede provocar lesiones. Como los campos suelen estar embarrados o congelados, esto hace que el caballo resbale más fácilmente, mientras que caminar por un terreno irregular puede causar problemas en los cascos.
Durante las sesiones de entrenamiento de caballos en invierno, asegúrate de nivelar las superficies antes de entrenar y tómate el tiempo suficiente para caminar y calentar antes de montar. Al nivelar las superficies, evitas los terrenos irregulares. Si nivelas el terreno antes de que llegue la escarcha, se congelará uniformemente, siendo más seguro para las patas del caballo.
También, asegúrate de que tu caballo calienta lo suficiente. Puedes poner a tu caballo en el andador o en la cinta de correr, o si lo prefieres, dar un paseo con él antes de montar a caballo. Esto evitará el riesgo de lesiones.
Tu caballo no es el único que necesita calentar antes de entrenar. Asegúrate de calentar tú también para mejorar tu flexibilidad. Esto te permitirá seguir los movimientos de tu caballo con mayor facilidad y mejorará tu forma de montar. Una buena idea para calentar es caminar con tu caballo durante 10-15 minutos.
Depende de si tu caballo suele comportarse bien por su cuenta o necesita tu atención, además de si esto ayudará al caballo o no. Si es un caballo al que le guste caminar por su cuenta y le sentará bien, puedes dejarlo libre en la pista. Sin embargo, es recomendable que hagas un calentamiento previo.
Esto se debe a que el movimiento es importante, y especialmente en invierno es importante que camine lo suficiente. Deja que tu caballo camine entre 15 y 30 minutos, y si quiere ir más allá y hacer más, estupendo. Los caballos que permanecen en los establos y tienen libre acceso a los paddocks o les gusta estar al aire libre pueden hacer menos.
Hacer la misma rutina una y otra vez durante los meses de invierno puede resultar frustrante y aburrido, tanto para el caballo como para el jinete. Para diversificar el entrenamiento, puedes incluir bastones de suelo y cavalettis y utilizarlos en diferentes combinaciones en función de tu nivel y de lo que quieras trabajar ese día.
Dependiendo del día, también puedes centrarte en:
El sistema inmunitario de tu caballo está relacionado con las condiciones en las que se mantiene. Es importante asegurarse de que el heno sea de alta calidad y esté libre de polvo. Además, hay que darles más heno cuando haga mucho frío y tener acceso a un refugio.
Los caballos necesitan más agua durante el invierno, y hay que maximizar la cantidad de agua que beben para evitar la deshidratación y los cólicos. Los caballos adultos que pesan alrededor de 455 kg (1000 libras) deben beber al menos 38-45 litros de agua al día.
Durante el verano, los caballos se alimentan de pastos húmedos que contienen entre un 60 y un 80% de humedad, lo que contribuye a sus necesidades de agua. Sin embargo, en invierno, el grano y el heno contienen menos del 15% de humedad. Esto significa que necesitarán más agua durante el invierno para ser menos propensos a los cólicos, que afectan al sistema digestivo y flora intestinal del caballo. Por lo tanto, asegúrate de que tu caballo tenga libre acceso al agua.
A los caballos se les da bien adaptar su temperatura corporal y, normalmente, los caballos que no viven en entornos extremadamente fríos (-12ºC) estarán bien sin manta. Sin embargo, los caballos de más edad o los caballos que se están recuperando de una enfermedad pueden necesitar ayuda adicional para mantenerse calientes.
Comprueba las necesidades de tu caballo: si tu caballo tiene la piel fina, lo más probable es que le vaya bien una manta impermeable para estar más cómodo en la nieve o la lluvia. En cambio, si su caballo tiene la piel gruesa, probablemente será más feliz sin una manta.
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