El Passage, una de las joyas de la Doma Clásica, es una exhibición de gracia y elegancia que combina la fuerza y la armonía del caballo.
Este ejercicio se caracteriza por una elevación marcada de las cuatro extremidades del caballo, creando una imagen impresionante de equilibrio y control.
El Passage implica que el caballo se desplace manteniendo un ritmo controlado y cadencioso, levantando las extremidades en una acción elevada y controlada. Este movimiento requiere fuerza muscular, flexibilidad y coordinación tanto del jinete como del caballo.
A diferencia del piaffé, donde el caballo permanece prácticamente en un mismo lugar, en el passage, el caballo se desplaza hacia adelante con trancos elevados que cubren una distancia limitada. Este movimiento se caracteriza por una significativa impulsión, resultando en una mayor elevación de las extremidades y un periodo más prolongado de suspensión.
El trote característico y expresivo de cada caballo se refleja en su passage, generando variaciones comprensibles en este movimiento según las particularidades de cada equino.
No obstante, existen metas y principios fundamentales aplicables a todos los caballos, los cuales deben ser tenidos en cuenta al ejecutar un passage correcto.
No hay un enfoque único para instruir al caballo en el passage, ya que esto variará según el jinete y las habilidades y temperamento particulares de cada caballo.
En términos generales, se puede iniciar la enseñanza del passage desde el paso, el trote reunido o el piaffé. La práctica más común es introducirlo desde el piaffé, pero para ello, el caballo debe haber dominado previamente este ejercicio.
Nuestro consejo es iniciar el entrenamiento del Passage de forma gradual. Comienza con ejercicios que fomenten la flexibilidad y fortaleza del caballo, preparándolo para los movimientos más avanzados.
La comunicación entre jinete y caballo es crucial. Utiliza las piernas de manera sutil, manteniendo siempre una conexión suave y armoniosa.
Solicitar el passage implica aplicar una ayuda delicada con la pierna, simultáneamente tensionar la espalda para impulsar al caballo hacia adelante desde los riñones, todo ello acompañado de una suave retención con las manos.
Es recomendable realizar algunos pasos consecutivos para evaluar la receptividad del caballo al movimiento. En las etapas iniciales, el uso simultáneo de la fusta puede ser útil para reforzar las señales de las piernas y los riñones del jinete, facilitando así que el caballo eleve sus extremidades de manera adecuada.
El ritmo y la cadencia son fundamentales en el Passage. El jinete debe tener un control preciso del ritmo, asegurándose de que el caballo mantenga una elevación controlada de las extremidades.
La figura y disposición del caballo deben exhibir un equilibrio armonioso, evidenciando posteriores bien colocados, rodillas y corvejones flexibles, una base del cuello elevada, un cuello con una elegante curva, la nuca en su punto más alto, y la cabeza cercana a la vertical.
El equilibrio que debe de estar acorde a la postura del jinete para dotar de más libertad de movimientos al caballo.
Al practicar el Passage, utiliza refuerzo positivo. Es importante premiar al caballo por sus esfuerzos y avances, creando una asociación positiva con el ejercicio.
Practicar el Passage no solo es un ejercicio técnico, sino una expresión artística que destaca la belleza y la capacidad atlética del caballo. Con paciencia, dedicación y orientación adecuada, jinetes y sus compañeros equinos pueden explorar este fascinante ejercicio de la Doma Clásica.